La perforadora Keystone
Cuando los buscadores de oro llegaron a la zona de Breckenridge, descubrieron oro en sinuosos arroyos y ríos. Los mineros se dieron cuenta de que estos cursos de agua cargados de oro habían cambiado de curso a lo largo de miles de años, dejando valiosos depósitos esparcidos bajo el suelo del valle. Para acceder a estos tesoros ocultos, los mineros recurrieron a la innovación.
La perforadora portátil Keystone Drill se convirtió en su herramienta preferida, permitiéndoles tomar muestras de sedimentos de varios puntos del valle. Para hacer funcionar el taladro, los mineros levantaron una imponente estructura de madera equipada con un sistema de poleas. Los grandes travesaños se movían hacia arriba y hacia abajo, introduciendo un pesado taladro en la tierra. Los resultados de las muestras perforadas guiaban a los mineros en sus siguientes movimientos, dirigiendo las trayectorias de las dragas.
Las dragas eran gigantes flotantes que subían y bajaban por los ríos en balsas construidas por ellos mismos. Con sus largos brazos en forma de cubo, las dragas excavaban hasta el lecho rocoso, recogían la grava aurífera en cubos gigantes, extraían el oro a bordo del barco y arrojaban la roca estéril. Su presencia dejó una huella indeleble en el paisaje. Los enormes montículos de roca estéril, vestigios de su trabajo, aún cubren hoy el fondo del valle.
Taladro Keystone donado generosamente por Chuck y Kathy Brantigan.